Las personas que sufren enfermedades
crónicas y viven con su mascota parecen tener un corazón más saludable que
quienes no tienen un animal de compañía, ya sea que tenga pelo, plumas o
escamas, según un estudio japonés publicado en American Journal of Cardiology.
Los investigadores analizaron a casi 200
personas y encontraron que quienes poseían una mascota contaban con mayor
variabilidad de ritmo cardiaco que aquellos sin un animal en el hogar.
Eso significa que su corazón responde mejor
a las exigencias de cambios corporales, como bombear más rápido durante
situaciones de estrés. Una variabilidad reducida se relaciona con un riesgo
mayor de morir por un problema cardiaco.
"Entre los pacientes de enfermedad
coronaria, los dueños de mascotas muestran una supervivencia un año mayor que
quienes no son propietarios de un animal", señaló Naoko Aiba, de la
Universidad de Kitasato, líder del grupo de investigadores.
Para el estudio, el equipo de Aiba siguió a
191 personas con diabetes, hipertensión o colesterol elevado durante 24 horas,
usando un monitor cardiaco. La edad iba de 60 a casi 80 años. Los científicos
también preguntaron sobre las actividades diarias y sobre si tenían o no
mascota. Aproximadamente cuatro de cada 10 personas poseían un animal, pero aparte
de eso los dos grupos eran similares, dijo Aiba.
En lo que respecta a los dueños de
mascotas, aproximadamente un 5 por ciento de sus latidos diferían en 50
milisegundos en extensión. Para los que no tenían un animal, se situó en 2.5
por ciento, lo que significa que el ritmo cardiaco cambiaba menos.
Hasta ahora, nadie sabe qué causó la
diferencia entre ambos grupos. Podría deberse de algún modo a las mascotas, o
podría ser que haya diferencias entre quienes escogen tener una mascota y los
que no.
"Mi suposición es que las mascotas son
una forma de apoyo social, que reducen el estrés y pueden satisfacer algunas,
aunque no todas, las necesidades de compañía", dijo Health Judith Siegel,
profesor de la Facultad de Salud Pública de la UCLA, quien no participó en el
estudio.
"No creo que nadie tenga una buena
referencia aún sobre por qué existen estas discrepancias", añadió…( Reuters
| jornada.unam.mx | 15-02-2012).
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